No pretendamos que...

No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
-Albert Einstein-

¡Tengo Fe Pero Nada Sucede!

“Ninguna persona puede escalar más allá de las limitaciones de su carácter.” John Morley

En estos últimos tiempos hemos visto o escuchado muchos escándalos, usted puede enumerar una lista de ellos y todos ellos tienen que ver con la falta de carácter. Aun usted mismo que pasa por diversos problemas en su matrimonio, en su familia o en su empresa, se debe a nuestro carácter. Alguien dijo: “El Carácter es la suma total de todas mis elecciones diarias”. Entonces puedo deducir que el carácter es una elección.

Nosotros podemos pensar que Dios no nos escucha, que tiene hijos predilectos, que otros son bendecidos y usted no, podemos pensar que los demás tienen la culpa de lo que me está pasando y hasta pensamos que nunca vamos a salir del aprieto. Y otros hasta pensamos que es el diablillo que tiene sus manos metidas en el asunto y lo que casi nunca podemos llegar a pensar es cuanta es mi responsabilidad, hace falta carácter para admitir eso. Los problemas revelan nuestro carácter y nuestro carácter revela quienes somos realmente y de que estamos hechos.

Helen Keller dijo: “el carácter no puede ser desarrollado con facilidad y tranquilidad. Solo a través de la experiencia de la prueba y el sufrimiento puede fortalecerse el alma, aclararse la visión, inspirarse la ambición y lograrse el éxito.”

En el libro de Jueces 6:11-14 encontramos una historia muy interesante de un hombre que tenía un gran problema con los madianitas y el Ángel del Señor le dice: “El Señor está contigo guerrero valiente”. Luego Gedeón hace la pregunta que muchos hacen: Pero, señor, si el Señor está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto?

De seguro usted alguna vez cuestionó a Dios y dijo: Señor, si tu estas conmigo ¿Por qué me pasa esto? Si yo tengo fe ¿Por qué estoy en esta situación?


Entienda que la fe no es para resolver los problemas en los cuales nos metemos, la fe te lleva a confiar en Dios. Lo que ayuda a resolver los problemas es nuestro carácter. A Dios le interesa más lo que somos, que lo que hacemos. Dios no está interesado en nuestra comodidad, El está interesado en nuestro carácter, en saber cuanto de Jesús hay en nuestra vida. Cuando el ángel le dice a Gedeón “guerrero valiente” está describiendo su carácter, no su fe. Abraham Lincoln dijo: El carácter es como un árbol y la reputación su sombra. La sombra es lo que pensamos de ella, el árbol es lo verdadero”.

Te invito a tener presente lo siguiente:

1. Los dones y los talentos se nos han dado, pero el carácter lo desarrollamos nosotros.
2. Con nuestro carácter ganamos la confianza de los demás.
3. Solo el buen carácter puede darte un éxito duradero con las personas.
4. El carácter fuerte es el que se domina a si mismo, y comunica credibilidad y consistencia.
5. Siembra carácter y cosecharas un destino.

Probablemente usted ha leído la reflexión del Roble y la Hiedra.

“Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.


Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared. Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.


— ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
—Bien, mi amiga, contestó el roble.
—Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura —agregó la hiedra con mucha ironía—.Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
—No te burles, amiga —respondió muy humilde el roble—. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.


Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.


Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.
Mientras tanto el roble reflexionaba:


—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros.”

Es una tremenda lección que nos desafía a ser hombres y mujeres de carácter, que cuando vengan esos momentos difíciles, oscuros podamos nosotros permanecer firmes como el roble. Dios quiere ese carácter capaz de decirle a la tentación: No tentaré al Señor mi Dios. Dios quiere ese carácter capaz de decirle a los reinos de este mundo: Solo a Dios adoraré y a El solo serviré. Que podamos tener esa capacidad para esforzarnos y no desanimarnos. Que podamos ser determinantes con los sueños que queremos lograr. Que podamos conocer nuestras limitaciones pero también toda nuestra potencialidad.

La elección es tuya. Puedes pasarte el día esperando a que algo suceda en tu vida o puedes cultivar o desarrollar tu carácter mediante las promesas de Dios. Tú tienes la promesa de que Dios está contigo, es tiempo de mostrar carácter y salir adelante en su matrimonio, en sus finanzas y en todo lo que emprenda. Recuerda las palabras de David: “Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza.” Salmo 25:21

Hoy es el mejor día para comenzar a desarrollar un carácter ganador!

En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes

www.liderazgocreativo.com

El Verdadero Significado de tus Obstáculos

por Leo Alcalá

Todos los tenemos. Nadie escapa de ellos. Toda historia de éxito los contiene. Y las de fracaso, también. Pero en el manejo de éstos es donde se define la victoria o la derrota. Hay quienes creen que su existencia significa que no deben seguir. Hay quienes se pierden en el juego y confunden su significado.

Sólo quienes comprenden el propósito de éstos, manifiestan la "alquimia" transformando lo que para la mayoría es una adversidad, en lo que para los que triunfan es una oportunidad.
Obstáculos... Problemas... Desafíos... Retos... Adversidad... Crisis...

¿Por qué? "¿Por qué a mí?", dicen algunos.

Entender las razones y las causas de que algo se manifieste en tu vida es útil si esa búsqueda se convierte en claridad y cambio. Claridad para marcar mejor tu rumbo y cambio para ser más eficaz en el logro de lo que buscas.

Pero la mayoría de la gente, cuando se pregunta el por qué de sus tribulaciones, se queda atrapada en la culpa. O cuando menos, en la sensación de una autoestima debilitada por la realidad del momento.

Antes que buscar el por qué, es de mayor valor explorar el para qué.

Más que la razón, es una cuestión de propósito. ¿Cuál es el propósito de los obstáculos? ¿Para qué sirven?

Algunos te dirán que es para que abandones el camino. Argumentarán que las barreras son una indicación de que por ahí no es el camino. Los más negativos, dirán que los fracasos son muestra de que no tienes con qué.

Pero, ¿quiénes hablan así? Los que no han logrado sus sueños. Los que se han quedado atrás.
Quienes se han conformado con una pálida versión de lo que una vez creyeron que era posible.

Pregúntale a alguien que está viviendo su vida plenamente. Interroga al que ha triunfado.

Pide consejo al que está del otro lado del fracaso. Explora qué piensa el que exuda plenitud. Te dirán algo totalmente diferente.

Te entregarán un significado, un entendimiento sobre lo que significa un obstáculo, que es opuesto al de la mayoría. Y no en vano lo han logrado. No por casualidad son quienes son. Palabras más, palabras menos, te dirán lo siguiente:

Los obstáculos no están ahí para impedirte lograr lo que quieres. Las barreras aparecen en tu camino para darte la chance de mostrar cuán intensamente quieres lo que deseas. Si no entiendes esto, al buscar entender el por qué algo sucedió te enredarás en la culpa y se debilitará tu determinación a lograrlo.

Es cuando comprendes que las barreras, los obstáculos, las adversidades, los desafíos y los problemas no están ahí para frenarte, sino para que decidas qué tanto lo quieres y fortalezcas tu carácter, podrás indagar en las causas con el entusiasmo por encontrar la próxima clave que te permitirá llegar más allá.

Los obstáculos no existen para frenar a quienes realmente están comprometidos con su éxito. Están ahí para detener a todos los demás. Ante las circunstancias negativas en las que te puedas encontrar, recuerda esto: ellas también pasarán.Así como ha sido todo en tu vida. Llegará en momento en que no estarán. Son circunstancias. Son eventos. Son etapas y estaciones.

Te toca a ti decidir si tu compromiso con lo que quieres es tan transitorio como el problema del momento, o si es ahora la oportunidad para conectarte con tu fuerza interna y avanzar. Porque el éxito está lleno de obstáculos, de caídas, de tropiezos y equivocaciones. Quienes lo conquistan no son perfectos. No son inmunes. Son simplemente seres de carne y hueso que deciden, ante cada nuevo desafío, perseverar. Una y otra vez.

Personas, como tú, que eligen entender que cada obstáculo es una oportunidad para renovar y reforzar su fe, su determinación y su convicción puesta en acción por mejores posibilidades.

¿Cuál es el verdadero significado de tus obstáculos? El que tú decidas. En ti está relacionarte con lo que te sucede de manera potenciadora. De ti depende aprovechar las circunstancias para definir tu fe y poner tu determinación en acción.




¿Y a ti te da miedo fracasar?

Oportunidades

Un hombre recibió una noche la visita de un ángel, quien le comunicó que le esperaba un futuro fabuloso: se le daría la oportunidad de hacerse rico, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad y de casarse con una mujer muy hermosa.

Ese hombre se pasó la vida esperando que los milagros prometidos llegasen, pero nunca lo hicieron, así que al final murió solo y pobre. Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que le había visitado tiempo atrás y protestó:

“Me prometiste riqueza una buena posición social y una bella esposa. ¡Me he pasado la vida esperando en vano!”.

- “Yo no te hice esa promesa” -replicó el ángel- “Te prometí la oportunidad de riqueza, una buena posición social y una esposa hermosa”.

El hombre estaba realmente intrigado. “No entiendo lo que quieres decir”, confesó.

- “¿Recuerdas que una vez tuviste la idea de montar un negocio, pero el miedo al fracaso te detuvo y nunca lo pusiste en práctica?”. El hombre asintió con un gesto.

- “Al no decidirte unos años más tarde se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerla en práctica. Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos del reino”.

- “También recordarás”, prosiguió el ángel, “aquella ocasión en que un terremoto asoló la ciudad, derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos. En aquella ocasión tuviste la oportunidad de ayudar a encontrar y rescatar a los sobrevivientes, pero no quisiste dejar tu hogar sólo por miedo a que los muchos saqueadores que habían te robasen tus pertenencias. Así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa”.

El hombre asintió con vergüenza.

- “Esa fue tu gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas, con lo que hubieras ganado el respeto de todos ellos”, continuó el ángel.

- “Por último, recuerdas aquella hermosa mujer pelirroja, que te había atraído tanto? La creías incomparable a cualquier otra y nunca conociste a nadie igual. Sin embargo, pensaste que tal mujer no se casaría con alguien como tú y para evitar el rechazo, nunca llegaste a proponérselo”.

El hombre volvió a asentir, pero ahora las lágrimas rodaban por sus mejillas.

- “Sí, amigo mío, ella podría haber sido tu esposa”, dijo el ángel. “Y con ella se te hubiera otorgado la bendición de tener sanos y hermosos hijos y multiplicar la felicidad en tu vida”.

A todos se nos ofrecen a diario muchas oportunidades, pero muy a menudo, como el hombre de la historia, las dejamos pasar por nuestros temores e inseguridades. Pero tenemos una ventaja sobre el hombre del cuento. Aún estamos vivos.

DECISIONES…QUE MARCAN VIDAS

Día a día las personas enfrentamos el desafío de tomar decisiones y es que la vida es un asunto de decisión. Nos preguntamos: ¿Qué carrera voy a estudiar? ¿Con quién me casaré? ¿Cuántos hijos tendré? ¿Donde viviré? Entre otras preguntas que nos hacemos, es un hecho que todos los días tenemos que tomar decisiones.

Las decisiones que tomamos hoy afectaran nuestro rumbo mañana., lo que decidamos hoy no solo impactará nuestro futuro, sino también el de otras personas y todo lo que nos rodea.

Tomar buenas decisiones dependerá de los valores que hemos incorporado en nuestra vida. Una carrera, un matrimonio, el estilo de vida que deseo o aun cosas sencillas como que comeré o como me vestiré serán decisiones que tomaré por los valores que poseo. La mayoría de las decisiones no son tomadas en una sola vez. Las decisiones toman tiempo para ser completadas.

Sófocles decía: Las decisiones rápidas son decisiones inseguras.

Deje ya de decidir a la ligera y aprenda a hacer buenas decisiones. No siga el camino que le lleva atrás, marche hacia adelante sabiendo y tomando decisiones de manera personal. Quiero compartir contigo algunas ideas que te ayudaran a tomar buenas decisiones:

• Se lo más PRECISO posible. Examina y encuentra cuáles son las cuestiones importantes y cuáles no.

• Busque soluciones. Vea todas las POSIBILIDADES existentes en relación con la cuestión que hemos de resolver.

• ELIGE la solución que más convenga para lograr el resultado que busca.

• PON EN MARCHA la decisión.

• EVALUE cómo le está yendo, para rectificar en caso de que los resultados no hayan sido los esperados.

¿Tiene dificultad para hacer decisiones? Dios te ayudará. La Biblia enseña en Santiago 1:5, “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
Recuerda antes de decidir ten presente que es tu decisión. Que puedes hacer lo que quieras, pero lo tienes que hacer tú y hoy porque el mañana aun no llega. La mejor decisión que puedes hacer hoy es adquirir sabiduría. Hoy tu puedes elegir la persona quien te gustaría ser, la vida que quieres vivir. La decisión es tuya.

En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes